Veo que Carmen y Lola ha generado comentarios que se alejan de la intención con la que esta película fue programada. Esa es la riqueza del cine, entre otras muchas cosas.
El machismo que se ve en la película no es nada sutil, a mi modo de ver.
Mujeres supeditadas a un único criterio: el masculino. Que deben callar cuando el marido lo ordena, si no quieren ser golpeadas. Que deben ir acompañadas a todas partes antes de prometerse, para garantizar que son entregadas “puras” al hombre. Que no pueden elegir su futuro porque desde la cuna está marcado que deben casarse y ser “mujeres de su casa” (que no significa que sean dueñas y señoras de su hogar, sino que su única obligación es atender al hombre, cuidarlo y satisfacer todas sus necesidades). La película está llena de frases y comportamientos explícitos donde se evidencia la violencia que se ejerce sobre el género femenino. No hay golpes, no hay asesinatos, pero hay violencia.
Respecto al final fue curioso descubrir que la mayoría pensaron que la pareja se adentraba en el mar para darse un baño de libertad. Solo unos pocos, entre los que me encuentro, pensamos que trataban de acabar con sus vidas. Lola dijo que sabía nadar, pero solo había visto una vez el mar, en Málaga. Carmen ni sabía nadar ni había visto nunca el mar. Llegan al Norte, a un mar embravecido que desconocen y al amanecer corren hacia él. Para mi fue el broche perfecto para acabar con la incomprensión y la falta de salidas de dos adolescentes, solas, sin dinero y repudiadas por sus familias y su etnia.
De cualquier modo, celebro mucho el optimismo.
Eva