Lucia coincido contigo. La película es impactante. Añadiría a lo que tú comentas que Martín personifica la venganza. Cuestión interesante porque implica resentimiento por el mal sufrido y ausencia de perdón. Vengarse de la injusta muerte de su padre es lo que clama. Como Artemisa con Ifigenia. No parece justo que los hijos deban pagar por los errores cometidos por sus padres, pero en la película parece que la mayor pena posible a infligir a Steven es tener que decidir con la muerte de qué ser querido, hijos o esposa, va a pagar la que él ocasionó, y ahí está el jugo de la peli. Ver cómo cada miembro de la familia va usando argucias para librarse de ser sacrificado dice mucho de la condición humana y nuestra lucha por la supervivencia, ni siquiera el amor-de-madre es lo suficientemente fuerte para contrarrestar aquel otro instinto, más fuerte al parecer.
Comentas lo curioso de empezar la película con la imagen de un corazón…cierto: para luego contarnos que es solo “carne”, porque ausencia de corazón es lo prevalece en todos y cada uno de los personajes, movidos exclusivamente por sus propios intereses.
Eva