Ayer pudimos disfrutar de una película donde el personaje se definió no por su sexualidad, sino por su humanidad. La protagonista consiguió que nos diera igual su género, que solo la viésemos a ella, y su dignidad.
Nicolás comentó en el foro posterior que el problema radica en que algunos heterosexuales sienten que son superiores a los transexuales o a los homosexuales o las lesbianas…a todos aquellos que son diferentes. No les miran de igual a igual. Creo que es verdad. Algunos de entre ellos pueden llegar a ser condescendientes con lo diferente, tolerarlo, pero tolerar algo no es aceptarlo.
Dije en la presentación que esta película ha contribuido a dar visibilidad a un colectivo y hacer que salga a la calle sin importarle cuanto viento sople –a propósito del travelling precioso de Marina caminando contra el viento-.
Son pequeños pasos, pero el camino a recorrer es largo.
Conozco gente que considera innecesaria la celebración del Día del Orgullo Gay, porque supone una ostentación y es la misma gente que se manifiesta en contra de la brecha salarial que discrimina a la mujer o contra la violencia de género, ¿otra ostentación? Es complicado hacerles ver que es necesario sacar a la calle, dar luz a problemas que han estado escondidos, para que las personas que los sufren se sientan acompañadas y comprendidas. No olvidemos que ser homosexual en países cercanos al nuestro está considerado un delito que se castiga con la cárcel en unos y con la muerte en otros.
Son pequeños pasos, pero el camino a recorrer aún es muy largo.
Hoy Kultur Leioa proyectaba cortos que han sido vistos en el Festival Gay Lesbo Trans celebrado el mes pasado en Bilbao. Cortos que aportan, suman, nos ayudan a entender, y eso nos hace mejores. Hemos sido pocos pero afortunados
Eva